Se lo llevó el Diablo a Elpidio. Todos sabían en el pueblo que Elpidio era un médico muy reconocido que practicaba magia negra también para curar o herir a quien quisiese. El tema es que cuando estuvo cerca de su muerte, él habló con su madre y le pidió que no le rece de ninguna manera y además de que no tocara su cuerpo, pero la tristeza de la madre era tal que al ver sin vida el cuerpo de su hijo decidió comenzar a orarle con el rosario y al tocar su cuerpo es que se escuchó una explosión.
Entonces, se dio cuenta ella que por eso su hijo no quería que toquen su cadáver, el mismo estaba ya para el Diablo, porque él habría entregado su alma en vida y por eso también no podía ser enterrado en sepultura cristiana como ella hubiera querido.
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